29 marzo 2016

¡Aire!

Escucha con atención este solo de flauta kaval.



¿Has notado algo raro? Si te fijas, el sonido de la flauta no se ha detenido ni un instante durante más de cinco minutos. Quizá te preguntes cómo es esto posible. Pues bien, el intérprete ha empleado una técnica conocida como respiración circular que permite tocar la flauta (o cualquier otro instrumento de viento) de manera continua mientras se toma aire. Como nos cuenta el flautista Robert Dick “esta contradicción aparente exhalar para tocar mientras se inhala para respirar se realiza almacenando el aire en la boca y mejillas y utilizando este aire para tocar mientras se inhala por la nariz. Aunque está considerado como una habilidad radicalmente nueva en la música clásica occidental, es una técnica muy antigua y constituye el método habitual de respiración de los flautistas de varias partes del mundo, entre los que están los intérpretes del kaval búlgaro [también usado en los Balcanes y Turquía] y de las flautas narh de la provincia de Rajastán, en la India.”[1]

Esta técnica permite por ejemplo interpretar obras que no estaban en principio pensadas para instrumentos de viento, y que por lo tanto no disponían de lugares apropiados para respirar sin romper la continuidad de la música, como el Moto perpetuo que Paganini escribió para el violín.



(Vale, quizá tampoco es una maravilla de repertorio, pero también lo podemos aplicar a Bach…)



Llegar a dominar la respiración continua requiere práctica (se pueden encontrar tutoriales en youtube para diversos instrumentos [flauta][trompeta]) y suele ser más habitual con algunos instrumentos que con otros: encontrarás muchos más oboístas que lo dominen que flautistas, por ejemplo. De todos modos si te da pereza aprender esta técnica siempre puedes optar por la opción sencilla y pillarte un Aerophor...

Fuente




A principios del siglo XX, el flautista holandés Bernard Samuels inventó este extraño artilugio consistente en un fuelle accionado por el pie con un tubo conectado a la boca, al lado de la boquilla del instrumento correspondiente, que aportaba aire para insuflar en el mismo, mientras se respiraba normalmente por la nariz.





Desconozco cuál sería el resultado sonoro, o si aprender a usarlo con éxito sería más fácil que aprender a hacer respiración circular, pero el caso es que el propio Richard Strauss promovió  su uso, abogando explícitamente por su empleo tanto en la partitura del Preludio Festivo como en la de la Sinfonía alpinaNo sé, pero conociendo a Strauss me da la sensación de que su recomendación del Aerophor respondía más a razones de marketing que a razones estrictamente musicales...


Artículo alabando las bondades del Aerophor aparecido en The Independent, 7 de Septiembre de 1914


25 redondas ligadas a tempo lento ¡Trae para acá ese fuelle!





[1] Dick, R., La respiración circular del flautista.